El sueño tiene un reloj biológico propio marcando sus ritmos en nuestro cerebro a través de sincronizadores.
Experimentos de aislamiento temporal, como el del espeleólogo Michel Siffre, han demostrado que el sueño tiene su propio ritmo, independiente de la alternancia del día y la noche, y que tenemos, en cierto modo, relojes en nuestro cerebro. Este tipo de experimento permitió sacar 2 conclusiones:
- La primera es que hay un reloj interno en nuestro cerebro que controla el ritmo del sueño.
- La segunda es que este reloj biológico tiene espontáneamente un período de más de 24 horas, lo que requiere un reajuste de la hora diaria para que se acompase correctamente a la alternancia del día y la noche. Este restablecimiento se hace gracias a los sincronizadores.
Los Sincronizadores del Reloj Biológico.
Son señales regulares que nos envía nuestro entorno sobre la alternancia entre el día y la noche, que es la señal rítmica externa más obvia, y el ritmo de la actividad social, que lo vamos a ver más en detalle debido a su importancia y a que podemos influir sobre él tan sólo modificando nuestras actividades.
El ritmo de la vida social.
La vida social, regulada por las horas de trabajo, las comidas y las actividades de grupo es el otro sincronizador determinante en el hombre. Cuanto más nos sometemos a una actividad regular y grupal, más se sincronizan nuestros relojes biológicos internos. Los ritmos particulares pueden ser completamente inducidos por la vida social.
En la vida cotidiana, esto se puede ver en diferentes circunstancias. Este es el caso de algunas parejas, una de las cuales está muy desubicada, que se acuestan y se levantan muy tarde. Después de unas semanas de convivencia, el que se tambalea ha arrastrado al otro.
La cohesión del grupo juega un papel determinante en el entrenamiento de los ritmos: esto se puede ver en los círculos militares y deportivos, ciertos grupos de estudiantes…
Cuanta más actividad física, más sincronizados están los ritmos. Sin embargo, desconfíe de las actividades muy físicas por la noche (deporte, club nocturno…) porque tienen el mismo efecto que una luz fuerte: retrasan el sueño.
Las puertas del sueño
La regulación de nuestro reloj biológico significa que el hombre está programado para dormir preferentemente en dos momentos particulares: por la noche y a media tarde. Peretz Lavie, un investigador israelí, usó una imagen muy ilustrativa para describirlos, las “puertas del sueño”.
Están abiertos por la tarde y alrededor de la 1 o 2 p.m. Una zona es particularmente sensible, alrededor de las 3 o 4 de la mañana. Es un momento de gran vulnerabilidad para el organismo cuando el sueño es casi obligatorio. (Lee más sobre la falta de sueño aquí)
En este momento particular del día, podemos luchar para mantenernos despiertos pero requiere un esfuerzo para superarlo. Incluso si el cerebro está despierto, el cuerpo funciona en cámara lenta porque la temperatura del cuerpo está en su punto más bajo.
Es un momento difícil en el que el riesgo de accidentes aumenta al reducirse la alerta. En la carretera, las estadísticas dan testimonio de ello. Los accidentes fatales son más frecuentes en esta franja de tiempo. El otro bajo nivel de alerta es bien conocido. Es la hora de la siesta. El impulso de dormir a primera hora de la tarde no está especialmente relacionado con la alimentación, aunque se acentúa con una comida pesada o un guiso muy caliente.
Cómo ves nuestro cerebro funciona como una maquina perfectamente engrasada y tiene una programación de 10 para cada una de las actividades que debemos realizar como seres vivos. Pero para que todo marche bien debemos cuidarla. Puedes ver qué beneficios tiene dormir bien haciendo clic aquí y descubrirás que tener problemas para descansar no es algo que haya que descuidar. Además, si se quiere, es muy sencillo modificar pequeñas conductas que todos tenemos para conseguirlo. Yo te acompañaré en el proceso.
Hazme saber si te parece interesante este tipo de contenido en el que intento explicar de forma sencilla los complejos mecanismos y procesos que ocurren en el cuerpo humano y que intervienen en nuestro sueño.
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Y ya sabes… A soñar bonito!!!